La homosexualidad, femenina y masculina, ha sido perseguida en muchos tramos de la Historia. Eso no es ninguna novedad. Desde remotos tiempos históricos, las relaciones sexuales entre seres humanos del mismo sexo han sido una realidad, una constante repetida a través de los siglos, en medio de una heterosexualidad generalmente mayoritaria. La homosexualidad es una orientación sexual y se define como el comportamiento, la interacción sexual o atracción erótica hacia individuos del mismo sexo. Etimológicamente, la palabra homosexual es un híbrido del griego homo (que en realidad significa igual y que a veces se confunde con el significado latino, hombre) y del latín, lo que sugiere una relación sexual y sentimental entre personas del mismo sexo, incluido el lesbianismo. El término gay suele emplearse para referirse a los hombres homosexuales, y el término lesbiana para referirse a las mujeres. Desde 1973 la comunidad científica internacional considera que la homosexualidad no es una enfermedad. Sin embargo, la situación legal y social de la gente que se autodenomina homosexual varía mucho de un país a otro y frecuentemente es objeto de polémicas.El término homosexual fue empleado por primera vez en 1869 por Karl-Maria Kertbeny, y el libro Psychopathia Sexualis de Richard Freiherr von Krafft-Ebing popularizó el concepto en 1886. Desde entonces, la homosexualidad se ha convertido en objeto de intenso estudio y debate: inicialmente se catalogó como una enfermedad, trastorno o patología que había que curar, pero actualmente se entiende como parte integral necesaria para comprender la biología, psicología, política, genética, historia y variaciones culturales de las identidades y prácticas sexuales de los seres humanos.Ya el informe Kinsey, de mediados del siglo XX, concluyó que, analizados tanto el comportamiento como la identidad, la mayor parte de la población parece tener por lo menos alguna tendencia bisexual (atracción hacia personas tanto de uno como de otro sexo), aunque ordinariamente se prefiere un sexo u otro. Kinsey y sus estudiantes consideraron que sólo una minoría (del 5 al 10 por ciento) es completamente heterosexual o completamente homosexual. De la misma manera, sólo una minoría aún más pequeña puede considerarse completamente bisexual. Estudios ulteriores han querido demostrar que el informe de Kinsey había exagerado la prevalencia de la bisexualidad en la población; pero todavía su idea goza de una gran aceptación.Algunos pensadores en los estudios de género, siendo el más famoso el filósofo francés Michel Foucault (aunque algunos hayan argumentado que sus ideas en este tema han sufrido distorsión), atacan la idea de que identidades sexuales tales como la homosexualidad, la heterosexualidad o la bisexualidad tengan cualquier existencia objetiva. Dicen, en su lugar, que son construcciones sociales. Este punto de vista teórico se llama teoría "queer". Un argumento frecuente es que la homosexualidad premoderna era diferente de la homosexualidad moderna, pues era estructurada por edad, por sexo o por clase, en vez de igualitaria. Los críticos contestan que, aunque la homosexualidad de épocas distintas haya tenido rasgos distintos, el fenómeno básico ha existido siempre y no es una creación de la sociedad actual.La homosexualidad ha hecho sentir su presencia en las sociedades humanas, organizadas a partir de la necesidad de hacer frente colectivamente a las dificultades que ofrece la cotidiana subsistencia. Del simplismo de las primeras agrupaciones a la complejidad de las ciudades y pueblos, la homosexualidad no ha dejado de estar presente, al punto que con la formación de las polis (ciudades) griegas, hizo su aparición en la política, entendida ésta clásicamente como la administración de la cosa pública, que concierne a todos los ciudadanos por igual. Nadie puede cabalmente negar la presencia de la homosexualidad en la política, así como nadie en su sano juicio puede negar alguna contribución de homosexuales a la humanidad, sea en el campo de la ciencia, el arte o la filosofía, pues ahí están Leonardo Da Vinci, Oscar Wilde, Safo, Platón, César Moro, Federico García Lorca, entre otros. Así como hay heterosexuales de la más diversa catadura moral, del mismo modo hay homosexuales buenos y malos, capaces o no de sentir concretamente los más altos sentimientos de bondad. No hay estereotipos válidos del heterosexual bueno y el homosexual malo, porque no tienen correspondencia con lo que sucede en la realidad. Dentro de un ejercicio adulto y responsable de la sexualidad, sea desde el lado heterosexual u homosexual, los hombres y mujeres políticos han de ser juzgados no por su inclinación o tendencia sexual, sino por el carácter y clase de sus actos, así como por su buena o mala fe a la hora de gobernar y administrar la cosa pública.
DE ACÁ Ahora bien, en Santa Rosa hay, como en todas partes, homosexuales, algunos conocidos y otros no tanto. En el caso de los gay varones, los hay asumidos y otros que pretenden ser "la parte masculina" de una relación con otro varón. Hecho difícilmente comprobable. Es un fenómeno que se da en las ciudades pequeñas y medianas, donde el contacto social es frecuente y se considera que ser "diferente" puede perjudicar la vida social, laboral y familiar. Por eso muchos hombres y mujeres optan por llevar una "doble vida" que les permita por una parte satisfacer sus deseos y por la otra satisfacer los deseos de la comunidad, a saber: casarse, tener hijos y sostener una familia, teniendo a la vez furtivos encuentros sexuales, y en algunos casos románticos, con alguien de su mismo sexo. En el caso de las lesbianas, con algunas variantes, sucede algo similar. En los últimos tiempos la apertura comenzó a hacerse más visible, y existe al menos un lugar conocido como "boliche gay", prueba de ellos es también esta misma página, que surgida por una cuestión política, desemboca en ser la primera de la especie en la provincia de La Pampa. A esto debemos agregar que la difusión del tema, al pasar a los medios masivos, como la TV e Internet, hace más accesible el diálogo sobre estos asuntos, diálogo inimaginable hace algunas décadas. Jóvenes y adolescentes hoy, no se plantean el tema como "prohibido", y si bien existen grupos muy censores respecto a las preferencias sexuales entre los jóvenes, también es cierto que buena parte de ellos no ven la homosexualidad como una enfermedad o una problemática y la aceptan con mayor naturalidad. El clásico esquema de la "mariquita" y el "chongo", donde sólo uno de ellos se reconoce como homosexual, da paso a otro tipo de vivencias, en las que una sexualidad más libre es posible, y ambos integrantes de la pareja aceptan y asumen su deseo.
Continuará....
Agradecemos la colaboracion de Bette por enviarnos este magnifico trabajo.
3 comentarios:
Que pesados y aburridos se pusieron
NO me pareció aburrido para nada el comentario y lo comparto, pero bueno entiendo que no a cualquiera lo entretenga leerlo, generé un Blog que se llama gaysenlapampa.blogspot.com, acabo de empezar y soy malo con la organización pero apunto un poco a lo mismo, ah y me gustaría saber de que boliche se trata, un saludo y aliento este tipo de páginas, me sorprende enormemente el grado de encierro con que aun se maneja el tema de la homosexualidad en sta rosa y me gustaría algún día verlo de otra manera... Saludos!
En este artículo hay extractos de obras de autores que no han sido citados, y que han tratado el tema de la homosexualidad en la política.
En ese sentido, se habrían violado derechos de autor,lo cual, a parte de ser un acto negativo, amerita la correspondiente sanción.
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