Sus bocas sedientas de aire…de libertad…de pelucas y tacos que aprietan. Con bultos llenos de algodón que amenazan la decencia y un piolín de ladillas que mastican su indecencia, hombres pulcros, padres de familias filiales de mujeres atemorizadas.
Y nosotros, parados sobre la México, somos la generación que se drogó y le pegó mal. Somos los enanos que no dejaron crecer su barba, gritan los muy fascistas, mientras se refriegan con un vibrador a pila triple AAA.
1 comentario:
Jajajaja es una genialidad. Me encantó!
Publicar un comentario